Hoy he tenido una conversación interesante con una gran profesional a quien admiro mucho… me decía que recientemente ha pensado en una nueva forma de clasificar las personas: los “seekers” y los “finders”.
Ella se considera una “seeker”. Es una persona “que siempre busca”. Es inquieta, curiosa… siempre busca nuevas oportunidades, para ella y su equipo. Busca nuevas formas de hacer las cosas, busca cómo mejorar un proceso, cómo adaptarse al mercado… tiene un punto “impaciente” y quiere mejorar siempre. Seguro que muchos os podréis identificar con este tipo de perfil.
Por otro lado, puedes pensar de otro modo: quizás eres una persona que “encuentra”. En una situación, sabes cómo “hacértela tuya”, darle sentido. Te sientes cómodo en un ambiente, intentas disfrutarlo, sin intentar cambiarlo. Le das un poco más de tiempo al tiempo… seguramente eres más paciente y/o complaciente.
¿Lo has pensado alguna vez? ¿Eres más “seeker” o eres más “finder”? Y… ¿qué pasa si tú te sientes más cómodo con una forma de ver las cosas y tu equipo es más de la otra? Cuando llevas diez años en un mismo trabajo y te has convertido en un “finder”, ¿está bien que sea así? ¿O sería bueno cambiar?
Piénsalo un momento. Piensa si es momento de cambiar algo. O quizás, en caso contrario, necesitas “parar” y disfrutar del momento, sin buscar nada más.
Pensar en esto puede contribuir a tu autoconocimiento e… invertir tiempo en el autoconocimiento es el primer paso hacia el éxito.
¡A seguir “buscando”, o “encontrando”!