Algunos habréis empezado leyendo mi posting de hoy pensando en cirugía estética, en bótox o gimnasios…, pero no, tengo que deciros que sigo hablando de la vida profesional!
Hoy he pensando en una antigua compañera de trabajo, que llamaré Marta. Marta era una chica gris. Gris… o debería decir “invisible”? Su jefe era un déspota y llevaban tantos años juntos que Marta había comprendido perfectamente su rol. Ella tenía claro que tenía que ser submisa. No podía tener iniciativa. No podía hablar con otros departamentos, porque su jefe la había hecho creer que “no sabía”. Su jefe lo filtraba todo. Le asignaba tareas. “Haz esto”, y Marta lo hacía. “Haz lo otro”, y también. Y punto. “No pienses más que no te pago para eso” – pensaba el jefe. Y ella se había creído que era mediocre y mala profesional. Tampoco podía cambiar, su vida personal era demasiado dependiente de este trabajo: ya tenía organizada la logística familiar, tenía una casa a cinco minutos de la oficina… tenía 40 y pico…
Yo la había visto en algunas reuniones de departamento, y, con este “sexto sentido” que creo que tengo, me la había pedido como colaboradora. Yo le veía un brillo muy especial en los ojos cuando estábamos en estas reuniones, alejada de su lugar de trabajo habitual. Me dijeron que estaba loca, que Marta no “servía para nada”, que su rol era puramente administrativo y que, menuda tontería, porque hay que dar oportunidades a los que verdad se lo merecen y no a los profesionales grises.
Ok.
Pasó el tiempo. Cambiaron algunas cosas en el departamento y a Marta la cambiaron de jefe. Y Marta empezó a brillar. En pocas semanas, Marta era otra persona. Alegre, jovial, entregada a su trabajo y sus compañeros, con ideas e iniciativa. Se había producido el milagro.
Marta está estupenda. Profesionalmente hablando, claro! Jefes que léeis estas líneas… ¿tenéis a “Martas” en vuestros equipos?
Con cuarenta y (tan) estupenda, quién lo iba a decir…!
Después de leer tu artículo he de decir que me he sentido plenamente identificada. Creo que soy una de esas Martas sumisas a más no poder. Hace unos años y supongo que para quitarme de su escena, mi jefe me dió un proyecto con poca importancia y en el que nadie creía. A pesar de ello, yo lo tomé como un reto y puse todo mi empeño en llevarlo a cabo. Con el paso del tiempo logré grandes resultados, !Nada menos que un incremento de un 23% de las cifras! Debo reconocer que todo el mérito no es mio ya que se ha logrado con el esfuerzo de muchos colaboradores pero sí que creo que he podido recoger todo lo que he ido sembrando durante mucho tiempo. Dentro de la organización donde trabajo nadie sabe, excepto mi jefe, claro, que estoy al frente del proyecto y que los resultados son en gran parte fruto de mi esfuerzo. Siempre es él quien se cuelga todas y cada una de las medallas y yo, como decía Maite, soy una profesional completamente “invisible”. Me gusta mi trabajo y quiero a la organización en la que estoy, pero siempre pienso si tendré la misma suerte que tuvo Marta …
Marta
Muchos ánimos. Me imagino cómo te sientes, es complicado tener jefes que se cuelgan las medallas! Y te dejan en la sombra.. pero no desesperes. Pienso que la clave aquí es trabajar bien lo de saber venderse (Hormiguitas… a vender!). Si no con tu jefe, hacia fuera en la organización. Necesitas hacerte visible. Necesitas que te vea alguien y vea el brillo en los ojos…
Trabaja en eso. No sólo trabajes para objetivos. Trabaja también para tu venta personal y para aumentar tu visibilidad. Gracias por la confianza!
Aunque me cueste mucho voy a intentarlo. Detesto que no te valoren por el trabajo que haces sino por como te vendes. Pero, tienes toda la razón, si estás siempre en la sombra nadie te verá brillar los ojos.
Seguro que me llevaré alguna sorpresa…
Seguiré contando.
Muchos ánimos. No te olvides que se te valora por los dos. Por el trabajo que haces Y por cómo lo vendes. Hay que enfocarse en los 2!
Leí tu articulo, y mientras lo iba leyendo, iba haciendo una reflexión profunda de todo cuanto decía. Yo no me considero un jefe déspota, ni creo que actúe como el jefe de Marta. Pero la reflexión vas más lejos.
¿Como está Marta?
¿Como puedo mejorar profesionalmente a Marta?
¿Se considera profesionalmente realizada con su trabajo?
¿ Podria conseguir de alguna forma que tuviese más protagonismo?
En las relaciones con otros departamentos, en los tareas complicadas, ¿no la estaré sobreprotegiendo y impidiendo que crezca profesionalmente?
Cuando hay que dar la oportunidad de que discrepe y vea las cosas de forma diferente a como las ves tu, ¿promuevo las condiciones para que eso sea así?
Gracias por haberme hecho reflexionar en como esta Marta y como puedo hacer que este estupendísim@@@… en los 20, 30, 40, 50 y en los 60.
Gracias por tu comentario. Realmente, si mi posting te ha hecho reflexionar… ya dice bastante de ti, felicidades por preocuparte por tus “subordinados”!
1. Para saber cómo está Marta sólo tienes que preguntárselo. Es sencillo. Muchas veces nos olvidamos de lo obvio. Si no preguntas, nunca sabrás y a lo mejor, la persona está deseando contarte cómo está y sólo necesita la oportunidad…
2. Para mejorarla profesionalmente, tienes que ver qué recursos tienes. No sé la situación pero seguramente para mejorarla profesionalmente deberíais trabajar en un plan de desarrollo profesional. Con tu punto de vista y visión, y con los argumentos de Marta y sus ideas. Sería una buena manera de empezar.
3. No sé si se considerada realizada, pero esto es fácil también. Pregúntaselo!
4. Seguramente que si tú eres el jefe puedes conseguir más visibilidad para Marta – y para ti – es cuestión de trazar un plan, tener claro el objetivo y buscar la manera
5. No te puedo responder a si la estás sobreprotegiendo… tendrás que preguntárselo a ella, y hacer una buena reflexión contigo mismo
6. Discrepar es bueno, igual te aporta nuevos puntos de vista. Yo pienso que hay que favorecer la discusión rica, argumentar ideas… no hay nada de malo en eso y creo que el buen jefe es el que se nutre también de las ideas de su equipo. Para eso está no?
Mucha suerte!
Hola Maite,
Acabo de descubrir tu blog y debo decir que me he alegrado mucho. Resulta que yo no me veo identificada 100% con Marta, pero hay muchos aspectos de su problema que comparto y sufro.
Tengo 8 años menos que ella, y tambien soy mujer, ademas de llevar trabajando 8 años en la misma empresa y mismo puesto. Podría ser, por ejemplo, Martina. Demuestro cadadia la pasion que siento por mi trabajo, pero tengo la certeza de que mi jefe se encarga de convertirme en “gris” o por lo menos lo intenta aunque muchas veces no lo consiga ( noto que esto le da mucha rabia). Me atreveria a calificarle de déspota e inseguro, sobre todo ante subordinados que cuentan con una formacion y capacidades muy superiores a la suya.
El caso es que ya he hablado varias veces con él sobre mi deseo de desarrollarme profesionalmente dentro de la empresa y solo recibo largas. Hace 1 año quise hacer un MBA de gran prestigio y ni siquiera se prestó a firmar un papel en el que lo consentía.
Creo que mi trayectoria en esta empresa acabó hace ya tiempo y es hora de cambiar. Crees que podría intentar alguna estrategia alternativa antes de decidirme a cambiar?
¿Te gusta la empresa para la que trabajas, o, por el contrario, tampoco se gusta demasiado? Si te gusta mucho “la empresa” pero no tu jefe, puedes intentar cambiar de departamento … aunque a veces es complicado (sobre todo si no tienes demasiada visibilidad).
Si realmente, como dices tú, ves tan claro que no hay perspectiva, te recomiendo firmemente que cambies. Tranquilamente, ve moviendo el CV, cuéntale a gente que estarías interesada en cambiar. Además, 8 años en la misma empresa… son muchos años! Si no cambias ahora pienso que en 5 años será todavía mucho más difícil…
Realmente es complicado cuando tienes un jefe así. Lo entiendo. Busca tus aliados en la empresa si es posible y si no,… busca otra empresa.
Mucha suerte!
P.D. Léete también el artículo “hormiguitas a vender” – por si te sirve – y léete también el “cuestionario de salud profesional” – en este último, verás las cosas que puedes hacer para estar “saludable” profesionalmente,… aunque no estés del todo contenta en el trabajo!
De este página ví esta entrada:
http://unpasomas.fundacion.telefonica.com/educacion/2010/11/22/liderazgo-el-exito-del-lider/
John Woodem dice “Éxito es el estado de paz y serenidad interior alcanzado como consecuencia de la satisfacción de saber íntimamente que has hecho todo lo que estaba en tu mano para lograr el máximo de lo que eres capaz”.
Seguro que esa “Marta” siempre ha sabido que hacía su cometido, y eso estaba en el brillo de sus ojos, otra cosa es el marketing personal que se hace en las organizaciones…