Después de unos días pensando, me propongo hoy hacer una reflexión sobre las prioridades de los ejecutivos y directivos. He constatado un cierto patrón. Cuando estás en un puesto que te encanta, en una empresa donde te dan oportunidades, te vuelcas. Le dedicas horas, le dedicas esfuerzos, estás a disposición de tu jefe y de tu empresa. De hecho, lo haces convencido que es lo mejor, te sientes recompensado y querido y además, en muchas ocasiones, los éxitos profesionales acompañan y consigues nuevos retos que todavía te hacen implicarte más. El trabajo es tu prioridad.
Por un tiempo, de hecho, te olvidas “de ti”. Del de verdad. “Supones” que estás contento, porque no hay razones para no estarlo… el centro de tu vida es tu trabajo. Un día, un coach te pregunta… ¿y *tú*, qué quieres?. Y, una pregunta tan sencilla, se convierte en escandalosamente provocadora para ti. De hecho, ahora que lo piensas en profundidad, nunca has pensado qué es lo quieres realmente.
Y… quizás tampoco tienes tiempo de pensarlo. O quizás tampoco merece la pena pensar porque… en esta vida estamos para trabajar en algo que nos guste, ¿no?. Y… ¿de verdad te gusta tu trabajo? ¿es *éste* el trabajo que tú quieres?.
Son preguntas sencillas para muchos. Son preguntas inexplicablemente complicadas e incómodas para otros.
¿Tienes la respuesta?
Es cierto que lo ideal es no ponernos etiquetas, pero vivimos una situación donde las RRSS mandan y lo primero que te piden para estar ON, es que tú mismo te encasilles. Es difícil el autoconocimiento (yo llevo 5 meses intentándolo) y a pesar de conocer mis habilidades me cuesta concretar respecto a mi profesión. El desarrollado de multitareas a veces no nos favorece, porque aunque te permite ampliar conocimientos y tu rango de “cosas que te gustan” o “cosas que se te dan bien” es complicado llegar a saber a dónde dirigirte.
Por cierto muchas gracias por el post me parece muy acertado.
Etiquetar es no pensar. Las cosas son muy complejas, y las etiquetas se quedan cortas y no dan más que una ligerísima orientación en muchos de los casos.
Buen post. Las etiquetas nos encasillan demasiado. También comparto que en una entrevista de trabajo es recomendable enfocarse en explicar lo que uno sabe hacer y se le da bien, siempre y cuando esté relacionado con el puesto de trabajo al que se presenta.
Saludos desde http://www.manuelmatalifecoach.wordpress.com