¿Cómo podrías empezar a gestionar proactivamente tu carga de energía? Lo primero que nos viene a la cabeza, es que hay personas que son pura energía positiva. Sin embargo, también hay otras, que, simplemente, “generan mal rollo”… ¿por qué? Seguramente no están gestionando bien su energía, y eso se transmite por allá donde van.
Para muchas personas, es un gran descubrimiento realizar un trabajo introspectivo para descubrir y ser más conscientes de las fuentes de energía que tenemos.
Recuerdo recientemente una conversación con una persona de mi equipo hace ya mucho tiempo:
“Me siento muy mal, muy culpable. No paro de pensar que necesito dedicarle tiempo a mi abuela. Pero no me da la vida. Antes la veía a menudo, ahora nunca. Y a mí me hacía feliz verla, muy feliz… de hecho, me daba “un chute de energía”… pero ahora no consigo hacer un hueco en mi agenda!”
Sin energía, el día a día se hace complicado… nos sentimos mal por no hacer las cosas “que se supone que tendríamos que hacer” (por nuestro propio bien). En esos momentos, la vida, la rutina, los días… se convierten en un “dejà vu” donde nosotros somos meros observadores de una realidad en la que nos vemos inmersos, con pocas posibilidades de cambiar.
De hecho, aquí está la clave:
Para cambiar, necesitas un esfuerzo “extra”, que tienes que obtener de algún lugar.
Por eso, es importante tener un balance positivo de energía, que será clave para activar los cambios que necesites en tu vida diaria.
¿Qué puedes hacer si te has sentido identificado con estas reflexiones? Sugiero coger papel y lápiz y reflexionar sobre estos dos ámbitos:
- Energía positiva: ¿Qué cosas te dan energía? ¿qué cosas te sientes mal por NO hacer? ¿qué cosas te hacen sentir particularmente bien, y “te dan la vida”? ¿qué cosas hacías antes que te hacían sentir genial, pero que ahora echas de menos y son fundamentales para ti?
- Energía negativa: ¿Qué cosas te están drenando energía? ¿qué relaciones tienes a tu alrededores que son tóxicas y te “restan”, más que te suman? ¿con qué personas interactúas de forma constante que te restan motivación, y te dejan sin “ganas de nada”? ¿qué cosas vas cargando en tu “mochila” como “lastre” que tienes que soltar?
Es importante identificar claramente estos dos aspectos… dedicarte el tiempo para pensar bien en los dos polos. El positivo, con todo lo que te hace sonreír y te conecta contigo; y con lo negativo, todo lo que haces que te aleja de tu esencia, de lo que eres y lo que te conecta con tu propósito y lo que tú quieres de esta vida.
Descubrir lo que suma y lo que resta, es fundamental para vivir la vida plenamente.
Haz más de las cosas que te suman.
Haz menos, mucho menos, (o nada, si puedes!), de las cosas que te resten.
Así de sencillo… ¿o no?