Hoy he visto un artículo de LinkedIn donde el Gerente de Operaciones de SKY Airline Perú publicaba un artículo en que hablaba de los porcentajes de mujeres piloto que existen en la organización. Después de publicarlo, ha habido un aluvión de comentarios, entre ellos algunos que hablaban de la “belleza” de dichas mujeres…
Esto ha provocado todo tipo de reacciones. Personas que opinan que hablar de la belleza de una mujer es un “piropo”, que está genial, y otras, que piensan que hablar de la belleza donde “no toca” puede ser hasta ofensivo. Este tema me ha dado que pensar.
Con todo esto, el otro día reflexionaba con una amiga, que seguramente es mucho más brillante y asertiva que yo y me dijo que esto le había pasado en varias ocasiones. Y que ya, a la tercera, había decidido contestar. Le había dicho a un “señor” que le había saludado con un “hola, qué guapa te has puesto hoy” con un “tú también estás guapísimo, gracias”. Y claro, el otro se había quedado todavía más petrificado que ella en primera instancia.
Creo que la clave de todo esto está en “hablar”. Atreverse a contestar. Buscar una respuesta inteligente que permita al otro quedar en evidencia y hacerle sentir lo que sentimos. Hacer ver que no procede, que en entornos profesionales queremos ser valoradas por nuestros méritos, por nuestra valía profesional y por lo que aportamos.
A ver si con este consejito conseguimos cambiar un poquito las cosas. Que hace mucha falta.
¿Cuándo llegará el día en el que las mujeres se libren de ser besuqueadas en los saludos profesionales? En los últimos días he tenido dos reuniones de trabajo con grupos de personas que no conocía (el primer contacto con ambas empresas, son los nuevos proveedores de un servicio). Todos, hombres y mujeres visitantes, han optado por besar y no estrechar la mano a las mujeres.
Queremos que las mujeres estén en puestos directivos pero si, cuando llegan, no ponen una diplomática pero evidente barrera a estos comportamientos, lo tenemos todo perdido.