Seguro que lo que os voy a contar os sonará…
Sonia se levanta cada día antes de las 7. Normalmente después de haber dormido como mucho cinco horas seguidas. Se ducha rápido y se viste con la ropa que ya había preparado la noche anterior. No enciende ni la luz del dormitorio, para no despertar a nadie. Cuando acaba de ducharse, coge todos sus bártulos y se va a la cocina sigilosamente. Echa un vistazo rápido a sus pequeños, que duermen plácidamente.
Desayuna sus cereales Kellogg’s y fruta. Mientras desayuna, le deja una nota a la chica. Le dice lo que tienen que comer los niños. Le cuenta si tiene que darles alguna medicina. Que la noche ha ido bien o mal. Que se acuerde de la ropa, que necesitan no-sé-qué producto en casa,… vaya, lo del día a día del hogar.
A las 7.30 está lista para salir. La mitad de los días no sale hasta las 8… porque alguno de los pequeños se ha despertado. Cambia pañales, da biberones y mimos… hasta que por fin se puede ir.
Llega al trabajo a las 8 o 8.30, depende de lo que haya pasado después de los cereales. Y se pone a tope con sus responsabilidades diarias laborales. A media mañana, recuerda que tiene que pedir cita para la vacuna de su hijo “2”. Lo hace. Sigue trabajando. A medio día llama a casa, para ver que todo está OK. Se entera de cómo han comido y qué hacen. Por la tarde, se acuerda que hay que empezar a mirar coles para el hijo “1”. Pide citas. Sigue trabajando.
Sonia sale de trabajar a las 7 y la verdad es que… ¡estás agotada!. Ha sido un día duro. Tienes que llegar a casa, ponerte con los baños, las cenas… y… en ese momento decides algo…¿ Y SI ME HAGO LA MANICURA?
Aparcas tu “subconsciente”, que te dice que tienes una responsabilidad familiar y te vas. Y allí estás, dejándote mimar, alimentando tu espíritu. Desconectas de la realidad. Una chica estupenda te cuenta cosas triviales. Te lees el Hola!, miras el modelito de Leticia y te enteras de la última de la otra princesa, la del pueblo. Y eres feliz.
Y sales de allí renovada, con una sonrisa. Empiezas a correr… ¡llegas tarde a casa!
Pero no pasa nada.
Queridas “superwomans”… ¿a que nos sienta bien la manicura?
Maite, ¡me encanta!. Te doy un 10 por el post de hoy. Me siento totalmente reflejada como todas aquellas mujeres y madres que además de trabajar en casa, lo hacen fuera de ella.
Cuando el día a día nos muerde, no hay nada como tomarnos una hora de masaje, estetica o esa manicura, que nos hace sentir….tan bien. Enhorabuena.
Gracias querida Eva!! 🙂 El día de hoy se merecía un guiño a todas esas mujeres… (y también algunos hombres!) que vamos todo el día corriendo.. pero que también merecemos alimentar nuestro espíritu de vez en cuando!
GRACIAS MAITE !!!!
Creo que somos muchas las que nos sentimos identificadas y nos va muy bien que nos animes a mimarnos .
Felicidades.
Claro que sí! Hay que tener tiempo para desconectar, y hacer cosas “Triviales”… 🙂 que nos hagan sentir bien! Gracias
TOTALLY AGREE MAITE! 🙂
Porque tú lo vales: felicidad empaquetada en media hora de “pampering” x unos pocos euros.
🙂 gracias marina!
Lo de la manicura no lo he experimentado pero lo de no parar en todo el dia, habiéndome levantado antes de las siete de la mañana para jugar con mi hijo, súper despierto y repleto de energía, si que me suena familiar. Mi “tienda de recarga” es ir al cine de vez en cuando a ver una buena película.
A vosotras, super womans, aunque la manicura siga pendiente, todo os sienta perfecto. Esa sensación de que nunca desfallecéis, siempre me ha fascinado.
Bueno buenooo… gracias Manel pero la realidad es que ser una super woman tiene sus cosas y también nos cansamos… por eso, de vez en cuando, conviene parar y mimarse. El cine también es una opción genial! Gracias por tu comentario.
Muy bien. Un poco triste, ¿no? Pensar que no podría ver a mis hijos sería una pena… Un abrazo!
Cómoooooo???
Estoy con James, pensar en no ver a mi hija me entristece, de hecho no hago ninguna actividad en ese horario pues me resta tiempo de mi hija.
Me levanto a las 6:30 tras 4 o 5 h de sueño, levanto a mi hija (2,5 años), desayuno etc y a las 8:00, ella en la guardería y yo en el trabajo . (mi mujer entra al trabajo a las 5). Salgo a las 19 y voy directo a verla. A las 21:30 llega mis desconexion, con las dos ya durmiendo. Internet, tv, es mi desconexion.
Totalmente identificada, salvo mínimos ajustes horarios…
Esos momentos porque-yo-lo-valgo son fundamentales, a la testosterona le da por hacer deporte (correr, padel, golf, etc) y a los estrogenos por ir a la pelu o de compras. En mi casa la testosterona se coge algunos días el rato antes de cenar, mientras que los estrogenos se echan la mañana del sábado al body…
Esto es conciliación!! Nuestros hijos están encantados.
Hola Mayte
Mira q llevo tiempo intentando entrar en el blog, pero al final nunca lo consigo porque llego agotada, sin manicura y sin ganas de conectar un ordenador, iPad o similar.
Hoy he tenido algonde tiempo a la hora de la comida y bochando en linkedin he entrado, es buenísimo¡ Odos los q me ha dado tiempo a leer, pero este me ha llegado al corazón
A ver si nos vemos cuando vengas por el sur
Besos
Ostras qué bueno… qué ilusión! Ay sí… cuántas mujeres representadas en este post creo… a ver cuándo te tomas un tiempo para la manicura!
Un beso
Maite
espero algún dia ser asi!!