Después de unos días pensando, me propongo hoy hacer una reflexión sobre las prioridades de los ejecutivos y directivos. He constatado un cierto patrón. Cuando estás en un puesto que te encanta, en una empresa donde te dan oportunidades, te vuelcas. Le dedicas horas, le dedicas esfuerzos, estás a disposición de tu jefe y de tu empresa. De hecho, lo haces convencido que es lo mejor, te sientes recompensado y querido y además, en muchas ocasiones, los éxitos profesionales acompañan y consigues nuevos retos que todavía te hacen implicarte más. El trabajo es tu prioridad.
Por un tiempo, de hecho, te olvidas “de ti”. Del de verdad. “Supones” que estás contento, porque no hay razones para no estarlo… el centro de tu vida es tu trabajo. Un día, un coach te pregunta… ¿y *tú*, qué quieres?. Y, una pregunta tan sencilla, se convierte en escandalosamente provocadora para ti. De hecho, ahora que lo piensas en profundidad, nunca has pensado qué es lo quieres realmente.
Y… quizás tampoco tienes tiempo de pensarlo. O quizás tampoco merece la pena pensar porque… en esta vida estamos para trabajar en algo que nos guste, ¿no?. Y… ¿de verdad te gusta tu trabajo? ¿es *éste* el trabajo que tú quieres?.
Son preguntas sencillas para muchos. Son preguntas inexplicablemente complicadas e incómodas para otros.
¿Tienes la respuesta?
Muy buenas, hablo como trabajadora de la empresa Ayuda-T Pymes y en mi opinión no se trata de diferenciar los aspectos laborales y personales, sino que ambos se fusionen en lo que realmente quieres para tu vida, ¿no? Si el trabajo en el que te encuentras te hace sentirte bien fuera de él y te llena realmente, adelante porque vas muy bien 🙂