Aunque no se utiliza mucho en estos términos, me parece muy interesante valorar el día en función de “la nota que le hemos puesto”, o “la nota que hemos sacado”. Evidentemente se trata de un ejercicio hipotético pero que para algunos puede resultar muy relevante y, sin duda, puede ser el inicio de una conversación interesante. Poner una nota significa evaluarlo en función a nuestras expectativas, a aquello que habíamos imaginado pasando.
“Comparar” la realidad con la expectativa es una buena manera de iniciar una conversación sobre cuánto estamos aprovechando el día a día.
Pensando en esto, creo que es bueno, cada día, pensar y reflexionar sobre el día que hemos tenido y lo empiezo a utilizar como base de conversación en muchas sesiones de coaching. Hay veces, que hablar “en absoluto”, sobre si el día fue bien o mal, es complicado. Pero, cuando hablas “en relativo” parece más fácil. En general encuentro que las personas saben qué necesitan para tener mejor día, qué es aquello que les ha hecho “bajar la nota”. Y en base a esto, podemos empezar a trabajar acciones concretas para implementar y hacer que los días sean mejores.
Te invito a hacer este pequeño ejercicio al final de la jornada laboral:
- ¿Qué nota le pones a tu día?
- ¿Qué haría que tu día hubiera sido un 10?
- ¿Qué harás mañana para que tu día tenga mejor nota?
Déjate unos quince minutos para reflexionar en estas tres preguntas.
¡Os invito a probarlo!
Intetesante! Gracias