Raúl tenía una trayectoria excelente. Había trabajado en distintos países, siempre para la misma multinacional. De hecho, su carrera profesional siempre había sido impecable, cada vez más responsabilidad, más impacto en la organización y, por supuesto, mejores condiciones económicas. En el último puesto, y después de más de 15 años en la empresa, topó con un jefe de “otro estilo”. Su último jefe, era receloso de su equipo. No le gustaba tener a gente que tomara mejores decisiones que él, y menos sin consultarle. Esto empezó a molestar a Raúl. Sus reuniones de seguimiento de objetivos eran nefastas. Raúl con su listado de todas las cosas que había sido capaz de organizar él solo, su jefe diciéndole que todo debía pasar bajo su control… no se entendían. En ese momento, Raúl estaba “perdido”… ¿cómo puede ser, después de tantos años en esta misma organización, que ahora no entienda cómo se hace el trabajo?
Buscó ayuda de un “coach”… y después, de un psicólogo. Estaba mal. Cada vez peor. No paraba de recibir alabanzas de sus compañeros, personas con quien trabajaba en los países… y reproches de su interlocutor director, y jefe jerárquico. A raíz de todo esto se empezó a plantear salir de esa empresa… quizás buscar otro empleo… pero claro, está “la crisis”, y él “estaba hecho en esa empresa”… y, además, ¿qué podría hacer si no es allí? “Igual no sé hacer otra cosa y, además, aquí tengo el camino asegurado, después de tantos años… tengo buenos contactos en la empresa, todos me adoran…”. Se planteó un cambio de sector: “No, no puedo hacer eso, yo soy del sector alimentación, ahora ya no puedo cambiar”. Y decidió, a pesar de su agonía, seguir apostando fuerte por su puesto. Dejándose la piel en cada proyecto, viajando a donde le pidieran sin rechistar y trabajando como siempre, dando su “vida” por cada día laboral en la empresa.
Un día, llegó a la empresa y le llamaron de RRHH. Le entregaron una carta. Le pidieron entregar su ordenador, su móvil y su coche. Y ese fue su último día en esa empresa, sin fiesta de despedida.
Y… ¿qué es mejor… decidir o que decidan por ti? ¿qué te impide DECIDIR?
Me siento muy identificada con la historia que cuentas. Por mi carácter tampoco me preocupa cambiar de escenario, aceptar nuevos retos…pero el mercado esta mal. Voy consiguiendo alguna entrevista, cada vez más escasa, apenas hay ofertas. Cuando ven en mi curriculum tantos años en la misma empresa, no encaja con mi espiritu de construcción…Intento cuidar mi proyección exterior como único sistema de supervivencia.
Debo reconocer que tengo la ventaja que no me pueden entregar una carta, como mucho me pueden trasladar de lugar de trabajo, pero mi moral esta tocada…Me espian, entran en mis documentos de trabajo, quieren llenar mi agenda de trabajos inútiles, no tienen ninguna confianza en mi, me siento absolutamente desaprovechada!!
Adelante Roser!! Te animo a dar el paso, poco a poco… ir haciéndote una red de contactos interesantes,… trabajar en la dirección que te parece adecuada. Cada día que pasa como dices es un poco más tarde y cada día que pasa también es algo más difícil… así que ponte a ello! Mucha fuerza y ánimos en el proceso! Al final, sólo se trata de “escucharte”…
Me está ocurriendo algo similar, una trayectoria ascendente de 15 años, trabajando en varias empresas del grupo multinacional, siempre apreciado y valorado, un año 2011 exitoso, un 2012 en crisis toda la compañía pero yo el mejor… Llega un nuevo jefe con un estilo opuesto al mio y ahora pasé de ser el mejor y más valorado, al peor, cada reunión de resultados me va muy mal y poco tomado en cuenta, tengo ya poco diálogo con mi jefe, suelen ser monólogos retóricos en mi contra…
A mi me pasa igual me siento tan identificada con la historia de Raúl… Creo que en cualquier momento me van a entregar la carta. No hay entendimiento con mi “nuevo” superior, me siento observada en todo momento, he perdido la libertad q me habían dado diez años trabajando en la misma empresa. Me dejo la piel y sólo hay reproches, es tal la tensión que llego a dudar si valgo para lo q he estado haciendo tanto tiempo. Estoy perdidisima, intento buscar trabajo pero creo q no es el mejor momento y tampoco se por donde empezar.
Hola Inma, ¿te has leído el artículo sobre la empleabilidad? Creo que deberías empezar por saber hacia dónde ir, dónde encuentras tus aliados, quiénes son, dónde están y… además, qué habilidades de las que tienes se valoran más en el mercado. Te recomiendo que busques el artículo y seguro que te sirve!! Ánimos y fuerza… no dejes que la situación te reste energía!