El otro día me paré a reflexionar a raíz de un comentario de una chica que acaba de empezar su primera experiencia profesional. Me decía que no se siente demasiado valorada, ni por sus superiores ni a través de otras recompensas “profesionales” como su sueldo, reconocimiento por el trabajo bien hecho, beneficios sociales, …
Ella trabaja muchísimo. Se dedica todo el día a solucionar problemas a la gente. Como es una chica servicial, tiene más trabajo del que puede hacer y por eso, hace cada día unas 5-6 horas extras. Además su sueldo está bajo mínimos y todo lo que ha conseguido es gracias a su esfuerzo ya que prácticamente nadie le ha explicado nada del trabajo. Es una hormiguita trabajadora…
Y yo le pregunté cuáles eran las claves del éxito en esa empresa… Nada que ver con lo que estaba haciendo. La gente valorada, se pasaba un buen rato cada día despachando con su jefe: ella sólo lo veía una vez al mes, y tenía que insistir para conseguir cita; los demás se iban siempre a la hora, ella cerraba la oficina; los demás decían que no cuando no tenían tiempo, ella siempre tenía el sí por respuesta…
En el trabajo, valora la cultura de empresa, fíjate en las personas de éxito e imítalos si quieres tener reconocimiento.
Nunca te olvides que no todo es trabajar.
Para leer más sobre este tema, os recomiendo el post “Hormiguitas a vender”
Triste, pero cierto y real como la vida misma.
Siempre ha sido mejor trabajar con la cabeza, haces más con menos.