Me doy cuenta que muchos de mis postings van de cafés y comidas… no sé si es algo cultural, pero pienso que gran parte de la vida profesional se decide en estos entornos, ¡no los menospreciéis!
En la empresa, es importante pasarse de vez en cuando por la máquina de café. Yo lo hago de forma habitual… y creo que me da buenos resultados. Conozco a gente en otro “entorno”. Generalmente, ya he tenido ocasión de saludarlos, pero siempre en un entorno formal. En la máquina de café, hablan de otras cosas. De su familia, de fútbol, de sus problemas… o de lo que se han enterado de no-sé-quién de la empresa.
También me entero de grupos de influencia. Veo quién hace el café con quién. A veces me sorprende. Posiciones que a priori están “reñidas profesionalmente” que luego, hacen el café juntos. Hay que anotarlo y retenerlo.
En la máquina de café, te enteras de grandes proyectos que todavía no son “formales”. Los rumores llegan antes que las noticias! Siempre! Y puedes actuar. Quizás el de marketing está pensando en ampliar el departamento: te enteras tomando un café. Quizás van a echar a alguien. Te enteras en el café. Quizás puedes utilizar esta información para postularte en un puesto nuevo…
También hay gente que NUNCA hace el café. Te preguntas por qué. Hay mal rollo. Sus jefes no les dejan ausentarse un segundo de su trabajo, sólo pueden ir al baño. Esto también te lo anotas.
Si no trabajas, también te puedes tomar un café! (Os recomiendo mi posting de EN EL PARO: 10 cosas útiles que hacer por menos de 10€). Estás en una jornada / charla gratuita. Te tomas un café. Te encuentras a una persona anónima. Le preguntas qué tal, te cuenta lo que hace y le cuentas que estás en paro hace tiempo pero que estás muy activo y al día del mundo laboral, por eso has ido a la jornada. Le seduces,… igual tiene un amigo que busca a alguien con tu perfil…
Y también, puedes invitar tú a café. Invita a alguien que admires profesionalmente. Queda con él, media hora máximo. Que te cuente qué hace y cómo lo ha conseguido… a veces, es más fácil de lo que piensas.
Y hoy… ¿ya te has tomado un café?
Es verdad que en esos ratos de café se comparten y se aprenden muchas cosas.
Yo recuerdo con mucho cariño las charlas mientras nos preparábamos el té en Agilent. Y también que a través de una conversación en el tren, a la salida del trabajo, me enteré de que iba a quedar un puesto libre en el departamento de tesorería, al que me presenté, y en el que estuve trabajando y aprendiendo con Maite.
Voy a bajar a tomar uno!
Amaya, tú siempre tan fiel… !!!
Te agradezco el comentario, … ya no recordaba lo de los tés… pero sí recuerdo muy bien los English Breakfasts del viernes! 🙂 Muy bien, así me gusta… tomad muchos cafés!
Pues sí mira, hoy ya van dos … y suscribo tus sugerencias. El café permite conocer a la persona que está detrás de la tarjeta, del cargo y de la mesa de despacho, y puedes descubrir afinidades que pueden cambiar por completo tu perspectiva de la persona. Pero ¡atención! es también lugar de conspiraciones, camarillas, puñaladas traperas y ataques por la espalda. Ahí es donde estar en la máquina de café también nos pone a prueba: ¿entramos “al trapo” ante los ataques sibilinos con un “…no me digas! ¿te hizo eso? Pues mira lo que me hizo a mí…”, o bien aprovechamos la ocasión para calmar ánimos, apelar a la conciliación y, con sutilidad, soltamos un “… vaya, parece que te la ha jugado, pero ¿lo has hablado con el? ¿no será todo un malentendido? Quizás fuera bueno que os tomarais un café y lo hablarais…” ? Porque el ratito del café también sirve para aplacar los ánimos, reconciliarse tras el rifi-rafe en la sala de reuniones, y volver al “buen rollo”. Sugiero.
Es verdad! También sirve para esto.. es cierto, el momento del café es el momento del “desahogo”…. y es cierto que es un momento para destensionarse y acercar posiciones. Gracias por aportar este nuevo punto de vista!